lunes, 4 de abril de 2011

TRABAJO INFANTIL UN FLAGELO QUE ASOTA LAS CALLES DE CALI




elpais.com.co

Un total de 43.028 menores de edad se dedican a trabajar en Cali, dejando de lado otras actividades como la escuela y el juego. Así lo indica el Departamento Nacional de Estadística, Dane.


Mientras tanto, el último informe de Observatorio Social de la ciudad y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Icbf, revela que además de laborar en jornadas de 6 y 8 horas, seis días a la semana, el promedio de ingresos de los niños que trabajan en la ciudad es de $77.000 mensuales.


No obstante, la Administración Municipal asegura que el índice de menores que laboran se ha reducido considerablemente. Algunos casos se camuflan como el de Martha, de 8 años, quien dice que le ayuda a su mamá en los quehaceres de la casa donde viven y además, trabaja como doméstica.


Según la oficina de Bienestar y Desarrollo Comunitario, en los hogares de paso de la ciudad hay 197 niños rescatados de la explotación a la que eran sometidos. Además, durante el 2010 fueron retirados del trabajo más de dos mil menores.


Por su parte, el Icbf notifica que las entidades Bosconia, ACJ y Fundapre, rescataron de las peores formas del trabajo infantil a más de 700 niños.


Lucelly Pineda, coordinadora de la investigación sobre niños trabajadores que desarrolló el Observatorio Social y el Icbf, señaló que el problema de la niñez en Cali “es de fondo”.


“Es muy fácil decir que la pobreza es el principal factor por el que los niños trabajan en Cali. Sin embargo, esta es una situación compleja, casi cultural”, indica.


La investigadora agrega que en una ciudad como Cali es más fácil acceder a recursos económicos a través de los niños. “Entre más humildes sean las familias, menos son las posibilidades de ingresos económicos. Entonces es más fácil poner a un niño a pedir dinero que encontrar trabajo”, precisa.


Una de las situaciones más preocupantes, según el informe, es que el 13% de los menores de edad que laboran en la ciudad, están por fuera del sistema educativo.


“Muchos de ellos sobrepasan los 8 años y son analfabetas. Asimismo, se han reportado casos de niños que están cursando los grados 3 y 4 de primaria y no saben leer y escribir lo cual resulta preocupante, pues en el sistema educativo clásico los niños deben aprender a leer entre primero y segundo de primaria”, señala el informe.


Carolina, de 12 años, quien hizo parte de la muestra del estudio y labora en un semáforo vendiendo mangos, dice que no sabe leer y escribir. “Mi mamá nunca se ha interesado por matricularme en el colegio y es difícil que a mi edad me encuentren un cupo en los colegios”, agrega.


Juan Carlos Murillo, sociólogo investigador de la Universidad del Valle, precisa que la descomposición del circulo familiar es un factor que incide en que los niños se vayan a trabajar a las calles.


“El 44,9% de los menores que laboran lo hacen en la calle y viven solos con su mamá. Muchos de ellos dicen que salen a trabajar con ellas. Si por el contrario son varios hermanos, los mayores asumen las labores domésticas, incluyendo el cuidado de los más pequeños”, comenta el especialista.


El profesional agregó que esto se debe al doble trabajo que deben asumir las madres solteras tanto en el hogar como para la subsistencia económica.


Otro de los aspectos que reveló el estudio es que el 47% de los niños que laboran en Cali lo hacen en las ventas ambulantes.


“No tengo otra opción si no vender dulces en los buses por que mi mamá tiene una enfermedad terminal y alguien tiene que sostener la casa”, dice Juan de 15 años.


María Carmenza Ordóñez, trabajadora social de la Fundación Seres, recalca que la calle es un contexto insano, donde el menor está expuesto no sólo a la contaminación y el clima, sino también, al maltrato y el abuso por parte de la gente.

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