Por: Luz Betty Jiménez De Borrero / Pablo A. Borrero V.
La gestión pública del gobierno del alcalde Armitage se mide generalmente apelando a valoraciones subjetivas o simplemente utilizando métodos instrumentales de carácter estadístico, a través de los cuales se exaltan o critican las políticas del gobierno, cuyo éxito o fracaso dependen exclusivamente de los resultados obtenidos.
En este sentido no se tienen en cuenta las determinaciones cualitativas de las acciones gubernamentales a las cuales les son inherentes ciertas características cuantitativas, que al modificarse con los cambios impuestos por las circunstancias, no son aprovechadas por el gobernante para introducir nuevos cambios a las políticas existentes, lo que hace que se agraven los problemas que hoy padecen los caleños en aspectos tan importantes para su vida cotidiana como la movilidad, la eficacia en el transporte masivo, el desarrollo urbanístico planificado, la seguridad y los controles a la delincuencia común y organizada, el déficit habitacional, la prestación eficiente de los servicios públicos, etc., que en la actualidad hacen parte fundamental de la construcción de una ciudad moderna.
A todo lo anterior se suma el hecho de que la gestión pública no está encaminada a salvaguardar el interés general de manera prioritaria, tal como sucede por ejemplo, con el transporte masivo MIO sometido a una permanente presión de parte de sus operadores que amenazan al gobernante con suspender la prestación del servicio si no accede a sus requerimientos, en tanto que la propia alcaldía y el Concejo Municipal autorizan toda clase de ventajas y subsidios de carácter indefinido contrarios a lo dispuesto en la ley, además de las nuevas alzas decretadas que se trasladan a los usuarios del transporte y a los ciudadanos en general.
Pero además las administraciones no acatan los principios esenciales establecidos en la Constitución relativos a la igualdad, moralidad, eficiencia, economía, celeridad, imparcialidad y publicidad, mediante la descentralización, la delegación y la desconcentración de funciones (artículo 209 de la C.P.).
Por el contrario, son muchas las quejas y reclamos de los ciudadanos que protestan contra la corrupción existente en algunas dependencias al igual que la abulia y el manejo paquidérmico que se les da a sus solicitudes que se tramitan ante los despachos de la administración central.
No obstante lo que resulta más grave y preocupante es la actitud autoritaria de algunos funcionarios que pretenden imponerles a los ciudadanos determinadas formas y procedimientos que riñen con la Constitución y la ley en lo que puede calificarse como un abuso del derecho, cuando se trata de ciertas decisiones tal como ha venido ocurriendo con los procesos de renovación urbana que se adelantan en los barrios El Calvario y San Pascual del centro de la ciudad.
En la defensa de los derechos y garantías fundamentales las autoridades deben facilitar a los ciudadanos su participación efectiva en los asuntos que los afectan directa e indirectamente en sus relaciones económicas, políticas, sociales, administrativas, culturales, ambientales, etc., principio este que no se cumple por parte de la administración que lo ha desnaturalizado convirtiendo la democracia participativa en una simple instancia de comunicación del funcionario sobre las decisiones que se toman en las alturas del poder de la administración.
El balance de la gestión pública de esta administración resulta muy eficiente y alentador para todos aquellos que se han beneficiado de la contratación estatal, el aumento de las nóminas paralelas y la aplicación de políticas sociales en favor de algunos sectores deprimidos de la ciudad en materia de capacitación, trabajo, educación, vivienda, etc., en tanto que los grandes problemas y necesidades de la mayoría de la población no han sido atendidos ni resueltos sin que se adviertan soluciones a corto y mediano plazo respecto de una ciudad que a pesar de sus problemas se ha transformado en una metrópoli con todos sus aspectos negativos y positivos que conlleva su existencia y desarrollo progresivo.
ADENDA: Al señor director, a los columnistas, colaboradores y lectores, nuestro deseo de que en unión de sus familias y amigos reciban el nuevo año apropiándose de las mejores ideas e iniciativas para materializarlas en acciones positivas y de bienestar social e individual.
Veeduría Ciudadana por La Democracia y La Convivencia Social
El Control Ciudadano Sobre la Gestión Pública es Condición Indispensable para el Ejercicio de la Democracia y la Convivencia Social
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